Te doy mis ojos

Me vi esta película en las vacaciones de Semana Santa, el miércoles para ser más concretos... Desde el primer momento empaticé con la protagonista.

Esta película me ha hecho reflexionar mucho, me tocó el corazón ver la realidad que muchas personas sufren en silencio...

Pienso en lo duro que debe de ser enamorarte de una persona y que de repente todo cambie, que de un día para otro o de un mes o de un año a otro... dejas de controlar la situación, y te das cuenta de que nunca la has controlado. Que era esa persona quien te controlaba a ti. Y te hace daño,  mucho daño, más del que me puedo estar imaginando en este momento, y deja de ser verbal, para volverse físico. Que ya no solo te humilla, que también te pega, que no puedes ir a la playa o a la piscina y quitarte la ropa por lo que la gente pueda decir, mirar, pensar... Ya no piensas en ti, piensas en si hoy vendrá de buen humor, y rezas porque así sea porque sino... toda la culpa va a ser tuya.

Un día, como la protagonista, (sólo imagínatelo) te armas de valor y huyes, huyes de tu casa, dejando allí toda tu vida, si es que todavía lo puedes llamar así, con la intención de volver a iniciar una nueva, con un solo requisito: ser feliz.

Te vas, pero por miedo no te alejas del todo, no vaya a ser que le pierdas.

Te vas a ese sitio al que seguramente (y si es un poco listo), será el primer lugar al que vaya a buscarte. Y te encuentra, pero todavía no le quieres ver. Hasta que le echas de menos, vuelves a confiar y PUM: te vuelve a hacer daño. Y vuelves a confiar... y así, innumerables ocasiones. 

La protagonista sabe lo que le espera durante toda su vida si no consigue tomar la decisión correcta. Lo sabe, pero aún así, 

no la toma. 

¿Se te ocurre algo peor que tener miedo en tu propia casa?

Cristina Majadas Sanz