María...

Anoche leyendo por Internet, me encontré con este poema de Miguel Gane, de su libro "Con tal de verte volar" y me sacó una sonrisa de oreja a oreja. Me sentí muy identificada con algunas partes  y sobre todo por llamarme María. Lo compartí en algunas redes sociales y, oye, ¿por qué no compartirlo por aquí?...


"María
Fumarte sin filtro,
convertirte en humo
pa que luego conquistes el cielo
con tu vuelo.
Besarte despacito las orejas,
morderte el cuello y las nalgas,
tirarme a tu piscina sin agua,
bañarme en tu mar con tiburones.
María para ser feliz.
Quiero una María por cada sueño que tengo,
una por cada abrazo que debo
y otra por cada 'te quiero' que necesito.
No se puede hacer nada
ante una María que quiere comerse el mundo
cada día,
más que desear con todo tu pecho
ser su plato favorito.
Cada María que tengo delante
me hace ser un poco menos mío
y algo más suyo.
Del terremoto, María es el epicentro.
Del mapa, María es el tesoro.
Tal vez sea el piercing de su nariz,
el motivo por el que me tiene colgado,
tal vez sea el tatuaje de su muñeca,
la razón por la que me tiraría al vacío.
Mientras haya una María sonriendo en el mundo,
habrá esperanza para los tristes.
Mientras haya una María bailando en el mundo,
habrá esperanza para la música.
María sin alas es como el chocolate sin chocolate.
'Hasta el infinito y más allá',
te aMaría, María.
Por encima de la canción de Bisbal,
por encima de tu religión,
con este coraje que me arMaría, María,
con todo tu alcohol me maMaría, María.
Y después de amarte,
de mancharme las manos con tu piel
de por vida,
todo me sobraría
porque ya he vivido en la vida,
todo lo que cualquier humano
querría vivir.
Apúntatelo, María."

Miguel Gane.

María López Cruz.

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